Son mi bendición
y mi desgarro.
En algunas de ellas
el silencio me envuelve,
me cubre de paz,
de serenidad.
Arropa la soledad
de mis sentidos.
Pero también están las otras..
Cuando me sumerjo en la música
para no escuchar
el enorme vacío
que mora en mi alma.
La desolación me envuelve,
y mis ojos se opacan
por las lágrimas,
que se van deslizando
impasibles por mi cara,
sin un solo gesto,
caudalosas y calladas.
D.Lope
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