miércoles, 20 de febrero de 2013
La sonrisa de esa mujer cautiva,
Te lleva a un mundo de placer;
Mientras tú mente y cuerpo es prisionera,
De sus ojos; bellos cristales que reflejan
Un hombre desesperado y loco por su amor.
Ilusionado, reflejo mis sentimientos,
En un mundo de sueños y fantasías;
Bajo noches de lluvias, frio y melancolías,
Sabiendo que esa mujer nunca será mía;
No quiero imaginar, no necesito soñar; quisiera llorar.
Las lágrimas no salen,
Estaría forzado al hacerlo;
Un dolor muy fuerte nace de mi pecho,
Arremete a mi corazón, siento un desdén,
A mis pensamientos que no cesan.
Tristemente acepto, el mal entendimiento,
De mi estúpido cerebro, al ilusionarme
Perdidamente de alguien que no me corresponde;
Sí la otra vida es cierta, la espero con anhelo;
Tras la muerte veo mi alma perdida,
Buscando incesablemente aquella fémina,
Que nunca fue mía.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario